Diseñar para las personas

Hace unos días mi querida Bego Baeza, acordándose de mí, me enviaba esta página que te dejo aquí, es una reflexión del arquitecto Toyoo Ito tras vivir en primera persona la reconstrucción de la zona del tsunami de Fukushima en el año 2011, y donde habla de la necesidad de re-pensar la arquitectura y basarla de nuevo en las personas y en sus necesidades, para poder ofrecerles una vida mejor.

El texto pertenece al libro “No tengas miedo a tener razón” de Vincenzo Angileri, en el que grandes personalidades de diferentes ámbitos se atreven a romper con las normas y los juegos de poder establecidos.

Estamos al servicio, los arquitectos y diseñadores, estamos al servicio de las personas que nos necesitan, y como tales tenemos el compromiso de ofrecer de forma ética y responsable todo lo que favorezca los estados vitales de aquellos que van a habitar los espacios que creamos. 

Llevo años observando en casi todas las ocasiones que me he enfrentado a un proyecto, que muchas veces aquellos con poder de decisión económico sobre el mismo, resolvían también cómo debía diseñarse o proyectarse (“poderoso caballero es Don Dinero”, decía Quevedo), hecho que en la mayoría de las ocasiones supone un detrimento en la calidad del mismo, y por lo tanto, también lo es en la experiencia vital de las personas que tienen que desarrollar parte de su vida ese espacio.

No digo que el cliente no tenga que ser partícipe, por supuesto que tiene que serlo, y hoy en día desde la neuroarquitectura se propone trabajar con equipos multidisciplinares: sociólogos, psicólogos, arquitectos, diseñadores, etc. y, por supuesto, dentro de la ecuación entra también el cliente, ya que se hace imprescindible conocer sus necesidades vitales dentro del espacio. Y de este modo, entre todos poder hacer del proyecto un lugar enriquecido para las personas que genere una mejor experiencia vital, que es al final de lo que se trata esto de “crear espacios”.

Cierto es, que a nivel neurocientífico “el buen o el mal gusto” es una cuestión de percepción, que resulta ser ese juicio que ejercen las emociones en cada uno de nosotros, dependiendo de lo que hayamos vivido y experimentado en nuestra vida, por lo que según esta teoría podría decirse que casi todo vale. Pero no todo vale, porque como expertos en esto de diseñar tenemos mucho que decir y que aportar, porque existen ciertas normas, pautas o estrategias a la hora de pensar que como profesionales solemos aplicar, más allá de la percepción, tanto a nivel técnico, de experiencia y últimamente también a nivel neurocientífico, y, obviamente, porque reflexionamos a fondo cada proyecto en el que trabajamos, por lo que llegamos a conocer en profundidad las verdaderas posibilidades de cada uno ellos.

Han pasado 12 años de la tragedia de Fukushima, y lo cierto, es que existe un cambio evidente en muchos de los colegas que me rodean, donde ya no importa tanto el ego si no la posibilidad y responsabilidad de ofrecer y compartir un talento para hacer un mundo mejor.

Es posible, que lo que pasa en la arquitectura es una situación en la que se encuentran también otros profesionales, así que seguramente la raíz de todo está en el voraz capitalismo que nos recoge como sociedad, por lo que, sinceramente, la única forma que podemos aportar, es creyendo en lo que hacemos, tener unos pilares firmes a la hora de andar por el mundo que nos permitan no perder la foco en lo verdaderamente importante, porque el mundo se cambia de uno en uno, en silencio, poniendo primero corazón y después cabeza en todo aquello que creamos.

La importancia de la materia

Seguro que si te paras a observar un segundo, podrás reconocerlos en cada lugar en el que te encuentres.

Te hablo de los cuatros elementos: fuego (fuerza y expansión); agua (fluir y adaptarse); tierra (lo firme y consolidado) y aire (lo sutil y expansible).

Estos explicaban el comportamiento de la naturaleza, para muchas doctrinas antiguas. La supervivencia no era viable si el equilibrio entre ellos se rompía.

Poder sentir estos cuatro elementos en los espacios interiores en los que te adentres es uno de mis objetivos, como diseñadora y como persona.

Por eso la importancia de trabajar siempre con los sentidos en mi marca, porque oler, tocar o sentirse seguro en un espacio para poder estar a gusto y fluir, debería ser una constante en nuestra vida.

De aquí la importancia en potenciar el uso de materiales naturales para que puedas reconocerlos fácilmente. Cuidar el sonido o el olor, la presencia plantas, calcular la luz correcta para cada espacio, pensar en materiales que no sean tóxicos, y la constante búsqueda del respeto y fusión con la Naturaleza.

Este es el objetivo de Studio Azul. Cuidar de ti. Cuidar del planeta.

Aprender a reconocerlos a través de los sentidos es más fácil de lo que crees, si el espacio esta lo suficientemente cuidado.

Porque también te pertenecen, tú eres materia, están dentro de ti.

El olor

¿Sabías que los recursos neuronales que utilizamos al oler compiten con los recursos neuronales que utilizamos para hablar?


Esto significa que nos es muy difícil poner nombre a un olor, si además, añadimos el color a la ecuación, las áreas del lenguaje se retiran.


Es decir, cuando nos acercamos a esa experiencia todos nos quedamos callados, no es un silencio verbal, si no que se refiere a ese silencio del diálogo interior que espontáneamente genera el cerebro.


Así que, es posible utilizar los olores para calmar tu mente, tu diálogo interior que muchas veces nos resulta muy molesto. Y podemos hacer lo mismo en los espacios arquitectónicos, usar los olores como conductores de las emociones.


¿Te imaginas poder mejorar tu sensación de bienestar cuando entras a un espacio solo por un olor determinado? Un espacio que te haga sentir bien, con más calma, tranquilo, y a gusto.

Y por si no te lo habías planteado, es más que probable que si te sientes bien en un lugar repitas la experiencia.


Cuando estás en un lugar bonito, vuelves.

Lo importante son las personas. Lo importante es el Amor.

¿Te lo has planteado alguna vez? Las personas de las que te rodeas son la energía que tendrá todo aquello que hagas, puedes darle muchas vueltas, puedes tener la mejor idea del mundo, puedes rodearte de estupendos profesionales, pero si la energía no fluye, no es.

No sé si lo has pensado, pero no hay nada sin las personas que tienes a tu alrededor, imagínatelo un segundo, ahora mismo, ¿qué ves?, vacío, ¿verdad? Y es que, los nuevos comienzos siempre vienen acompañados de imágenes e ilusiones, a su vez, asociados a personas concretas, ¿cierto?

Al final, es maravillosamente simple.

Cuando empiezo un proyecto, un negocio, un viaje o una idea, pienso siempre en las personas que estarán a mi lado en esa nueva aventura. Porque no son proyectos, no son ideas, no es un simple viaje, no son negocios, son experiencias de vida, que te harán soñar, crecer y, a fin de cuentas, VIVIR y hacer camino.

Agradezco siempre a todos aquello que me acompañan en algún momento de este viaje maravilloso, difícil, diferente y lleno de cambios constantes. A familia, amigos, compañeros, colegas de profesión, clientes y a todos aquellos con los que tengo la suerte de compartir trocitos de vida.

¿Tienes plantas cerca de ti?

Todas las plantas tienen poder. Las plantas transmiten conocimiento a todos los seres que las absorben.

La «naturaleza urbana», fue una de las cosas que más me fascinaron desde la primera vez que fui a México. El hecho de cómo forma parte del día a día en edificios, calles, terrazas, interiores, e incluso en los puestos callejeros.

Allí, las plantas son parte de las personas, tanto a nivel público como privado. Es cierto, que el clima hace que crezca y se desarrolle casi cualquier especie. Pero aun así, va más allá, integran la naturaleza como parte de sí mismos, en México no se concibe una terraza sin plantas o una acera sin jardineras.

Y esa ha sido siempre una de las inspiraciones y principios de Studio Azul. La integración de la naturaleza en nuestros proyectos, y viene directa desde el otro lado del Atlántico, de esa vitalidad que ofrecen las plantas, de su energía, de su felicidad y bienestar.

Pie de página

No Es Una Moda, es Naturaleza, somos parte de, tenemos que integrarnos y aún más en los espacios urbanos, las ciudades necesitan más vitalidad verde.

Pie de página

Es lo que se conoce como Diseño Biofílico y nos ofrece múltiples beneficios porque las plantas limpian el ambiente, tienen un efecto relajante, son fonoabsorbentes, aumentan la autoestima y cuidan del entorno y de nuestra piel, mejoran el estado de ánimo, nos ayudan a socializar y un largo largo etc.

¿Tienes plantas cerca de ti?

Pie de página

La Luz

Esa sensación de observar los contornos, los colores, las siluetas, los textos y las texturas.

Suelta el piloto automático y redescubre esa sensación de ver, de disfrutar mirando. Sé consciente del sentido de la vista.

Conviértete en “voyeur”.

Si todos comprendiésemos el poder de LA LUZ, ninguno dejaríamos escapar ni un momento de nuestras vidas en búsqueda de luz perfecta. Porque la sensación que te produce la luz es diferente en cada momento, seguro que contamos unas historias u otras dependiendo de la luz, o sentimos según la luz de la que disponemos. Observa qué te pasa, a ti, en un amanecer, a diferencia de un atardecer, es así de simple y así de mágico.

Podemos manejar la luz en los espacios casi de la misma manera, de forma que te haga querer estar o por el contrario que tengas ganas de irte. Así que, la próxima vez que enciendas la luz de tu casa o de tu negocio, piensa si es esa la luz correcta o no.

Se pueden hacer cosas tan interesantes como lo que ves en las imágenes que te presento aquí. Solo hay que ponerle intención.

Por cierto, mi luz favorita es aquella roja y cálida de un atardecer, uno de esos en los que el sol se cae al mar una tarde de verano.

¿Has pensado cuál es la tuya?

La Belleza no es casual

¿Es su forma, su color, su olor, es su tacto, o tal vez su aura? Te invito a que te pares a observar un árbol, por ejemplo, un edificio, una flor o una silla, cualquier objeto te sirve para este ejercicio.

¿Qué es lo que te hace percibir algo como bello? ¿Te lo has preguntado alguna vez?

¿Es casual La Belleza?

Decían los griegos que la belleza se define como la armonía de las partes con el todo, y es precisamente en ese conocimiento de las partes y su relación con el todo, donde está la raíz de la belleza, y de la virtud. La belleza era para los griegos, la perfección, la proporción y la armonía.

Entonces, según este principio, ¿podemos decir que todo es bello? Si la proporción es la base de todo y si intelectualmente la belleza se define como la armonía de las partes con el todo ¿puede considerarse cualquier cosa como bella?

En la Escuela nos enseñaron que la proporción es eso que cuando está no se nota, pero que cuando no existe enseguida se percibe.

Dicen que el gusto es libre, pero yo no lo creo, hay cosas que son bellas por naturaleza y otras que no y no pasa nada, hay personas con una percepción de la armonía innata y otras que no, y no pasa nada, existen aquellas a las que ni siquiera les interesa y tampoco pasa nada, y también están las que hacen todo lo posible por aprenderlo. Si eres de estos últimos, quizá puedas empezar a percibirlo solo con pararte a mirar desde otro lugar, desde ti, observando qué sensaciones te transmiten las cosas que miras y advertir qué hay desde allí.

¡Hola!

Soy Beatriz, encantada de saludarte.
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Te escucho